"Básicamente, hemos estado de viaje por siete años; se sintió como si toda nuestra vida adulta la hubiéramos pasado en un autobús yendo de un lugar a otro. Se sintió genial que el tour haya terminado, pero también fue triste. No puedes evitar reflexionar cuando el ciclo de un álbum acaba. Hubo dos o tres meses en donde me quedé en mi casa, sin salir a ninguna parte. Estábamos tan abatidos que parecíamos parte del Programa de Protección de Testigos. The Black Parade fue como un monstruo que recorrió el camino con nosotros", él comienza a reírse. "¡y luego la ciudad rebotó! ¿Qué haces después eso?".
"No sabíamos qué iría a suceder con la banda, porque tampoco sabíamos a dónde queríamos ir", revela Mikey, moviendo su cabeza mientras recuerda la incertidumbre. "Nosotros no habíamos hablado sobre eso; sobre lo que haríamos luego. Estamos fuera del camino; no pertenecemos más al Desfile Negro – somos My Chemical Romance otra vez. Y eso asusta porque, de todos modos, ¿qué es ahora My Chem? ¿Quiénes somos?".
A MCR la respuesta le vino en forma de una invitación para que participaran en la banda sonora de la adaptación fílmica del respetado cómic de Alan Moore, The Watchmen. Mikey afirma que la serie tuvo una enorme influencia sobre su hermano, actuando como una entrada al descubrimiento tanto de artistas gráficos como a nivel musical. "Para nosotros, ese cómic fue tan importante como lo fue Thriller, Nevermind o Siamese Dream". La banda se reunió en los Estudios Electric Lady, ubicados en la ciudad de New York, para grabar su versión cargada de sustancia química de Bob Dylan, titulada 'Desolation Row'; una opción apropiada para el trama de la película.
De repente, todo pareció aclararse. Aunque MCR llegó a la escena contemporánea punk (pop-punk, emo, screamo, etc.), ellos serán los primeros en decirte que nunca, por lo menos no conscientemente, tocaron por esos asientos (Gerard: "Tiempos sabios, estábamos conectados con todas esas cosas. Pero no estábamos espiritualmente conectados con toda esa mierda – estábamos conectados con las cosas de nuestra niñez").
Olvídense de los uniformes de banda de desfile, del cabello arreglado, busquen sus audífonos y escuchen la basura de los programas de radio – pero MCR será una banda de rock directa y sin pretensiones.
A principios de año, la banda volvió a reunirse en Mates Inc., un lugar de ensayos en Los Ángeles para averiguar la siguiente dirección. "Gerard hizo una mezcla de las canciones que él sintió que tenían la esencia que queríamos capturar", dice Iero. "The Stooges, MC5, Neat by the Damned. Y yo estaba como 'Wow, esa es la clase de cosas que estoy escribiendo'". Estaba claro que la carrera de MCR marcó algo que Gerard Way no estaba interesado en hacer otra vez. En lo que él está interesado es en la noción romántica del rock & roll, encarnada en la actitud, la pasión, la dedicación y la sinceridad – entregando en porciones iguales arrogancia y una equidad sudorosa.
"El proto-punk surge porque estábamos tratando de canalizar lo que sentimos por el Project Revolution", dice él. "'¿Sería el ultimo concierto que haríamos?'. Creo que ese es el objetivo: expulsar todo tan lejos dentro del sol que las gomas de los neumáticos se despedazaran, el motor se queme y todos – nuestros fans, nuestros amigos, y nosotros mismos – deberíamos sentir como si no fuéramos a hacer otro disco. Quiero que cada álbum se sienta como el último. Porque no sabemos cuando no sucederá".[/b]
MIENTRAS TANTO, RAY TORO -- EL MAESTRO DESFIBRADOR del punk estruendoso de Iero -- está en su casa de New Jersey con su esposa Christa, cuidando a su amado Yorkshire Terrier, Bauer. El perro estuvo en la casa de la mejor amiga de Christa mientras Toro cruzaba el planeta durante los dos últimos años; y tristemente, ha desarrollado una falla en uno de sus riñones. El guitarrista terminó de grabar su parte al finalizar el verano, para luego volver a casa con Christa y su leal mascota. Él encuentra muy irónica su situación: durante todo el transcurso del tour de The Black Parade, Toro esquivó todos sus temas personales que aparentemente bloqueaban a sus compañeros de banda. A pesar de que el bienestar de Christa y Bauer nunca sale de su mente, está significativamente emocionado con la actual evolución de MCR.
"Esta es la primera vez que me alejo de la banda mientras ellos están trabajando", dice por teléfono desde su casa rural en New Jersey. "Pero al parecer está funcionando bien. No escucho las canciones ni las mezclas, como lo hacen los chicos. Me pasan un archivo de sonido, me meto a mi auto y lo escucho. Quiero que la gente compita en la autopista y escuche la música, con el pedal en el metal. El éxito es hacer que tu álbum corra a 85 millas por hora".
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