sábado, 5 de diciembre de 2009

Entrevista Exclusiva con My Chemical Romance (revista AP) tercera parte

Pero el error más grande de la gira de The Black Parade fue la definición de la palabra 'implacable'. Todos en la banda admiten fácilmente que, en vez de terminar en un nivel superior como lo hicieron con el Projekt Revolution (el cual tuvo tantos admiradores como críticos que están de acuerdo con que MCR se adueñó de la gira), su defecto fatal fue la campaña teatral que siguió en lo alto de 2008. Cuando los miembros miran hacia atrás durante aquel tiempo, ellos se sintieron más bien compañeros de trinchera que un grupo de rock.

"Una vez durante ese tour, Frank me miró y dijo: 'No te estás divirtiendo ¿cierto?'", Gerard lo recuerda todo demasiado bien. "Y le dije: 'No, no me estoy divirtiendo. Pero gracias por preguntar'". Él estalla en risas. "No tuvo nada que ver con los fans o las canciones. Para entonces, sentí que me había distanciado del concepto de muchas de las canciones de The Black Parade. La belleza de las canciones de Three Cheers For Sweet Revenge consistió en que cuando las tocábamos y nuestras vidas eran distintas a lo que son ahora, ellas comenzaron a significar cosas diferentes. Cerca de 16 conciertos después del Projekt Revolution, mi voz comenzó a agrietarse y me sentí desconectado de todo. Me entumeció el hecho de que The Black Parade comenzara a sentirse como la vida real".

El 9 de mayo de 2008, la banda encabezó el Madison Square Garden durante la última noche del ciclo turístico de The Black Parade. Los hombres de My Chemical Romance tuvieron sentimientos simultáneos de alegría, tristeza, agotamiento, y bendijeron el alivio. Gerard tiene recuerdos afectuosos de esa noche, a pesar de haber sido informado por sus managers inmediatamente luego del concierto, de que debía volver a su habitación de hotel y aprobar la edición final de la banda para el DVD en vivo The Black Parade Is Dead.

"Fue como, 'Mierda, he estado viviendo esto durante dos años'", recuerda rodando sus ojos por el mismo recuerdo. "¿Ahora tengo que ir a verlo?".

"Quisimos ser sensacionales con nuestra música", dice el cantante, poniendo sus pies sobre el sofá. "Nunca hemos tenido una especie de agenda ocupada, tampoco deseamos gustarles a otras personas. Estoy bien con eso".

CON EL DESFILE ABANDONANDO LA CIUDAD, los miembros de la banda alistaron sus planes personales, incluyendo, pero no limitándose en la felicidad doméstica (los hermanos Way), aventurándose en las grabar en sus casas (como el grupo de hardcore-punk de Iero, Leathermouth), planeando sus casamientos (Toro) y sometiéndose a una cirugía (Bryar). El grupo jura que a diferencia de la mayor parte de las bandas, las cuales tienen que mirarse las mismas caras todos los días durante 28 meses, la agotadora experiencia en los viajes nunca se convirtió en algo detestable. Ellos se mantuvieron en contacto por medio de los mensajes y correos electrónicos, y volvieron a reunirse en la boda de Toro que se realizó en agosto de 2008. Sin embargo, nadie pudo negar al 'elefante enorme' que estaba en el cuarto – la posibilidad de que MCR ya no tuviera una dirección válida, ni tampoco algo más para decirle a sus fans.

Hay una cosa que Frank Iero ama más que a la libertad del punk rock: su familia. Cuando él se sube las mangas de su buzo de la banda Marduk, sus antebrazos muestran los retratos tatuados de sus dos abuelas (hechos por la artista aclamada Kat Von D), fuertes figuras matriarcales que fallecieron con sólo unos meses de diferencia entre una y otra; una imagen de su abuelo adorna su hombro. El guitarrista apreció el descanso que se tomaron como banda, pero estuvo muy preocupado por la posibilidad de alejarse permanentemente de sus hermanos en el rock.

"Después de dos semanas en casa, todo lo que quería era tocar", admite Iero. "Francamente, me sentía muy deprimido porque temía que Gerard me llamara para decirme que no íbamos a hacerlo más. Luego del tercer día, quise llamarlos a todos y decirles: 'Hey, sólo quiero que sepan que esto es realmente especial y que no deberíamos darle la espalda'". Él se ríe como si estuviera escuchando a un tipo herido tratando de conquistar nuevamente a su ex novia. "Siempre dijimos que nos marcharíamos cuando ya no fuera divertido. Y comenzó a no ser divertido para nosotros". Tiempo después, Iero saciaría su lujuria viajando con Leathermouth, así como convertirse en un miembro más de la banda Reggie And The Full Effect, el vehículo de los solos para MCR fue tenerlo en sus conciertos como tecladista a James Dewees.

"Cuando llegamos a casa, todos nosotros estábamos completamente conmocionados", dice Mikey Way, cuyos recuerdos oscuros del año pasado se debilitan por la felicidad que siente al trabajar nuevamente en el estudio.

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